Bienvenidos a Guatemala

Ya he llegado por fin. Ha sido una odisea, tanto el viaje como esta primera semana. Paso a relataros aunque os advierto que hay mucho que contar, así que si tomaros vuestro tiempo. El que avisa no es traidor.

Bueno, el 22 me puse rumbo a Guatemala, pero no os creáis que iba a ser sencillo. Salí de Manises, donde ya me revisaron el equipaje de mano. Resulta que le cogí la bolsa del portátil a mi padre y en un bolsillo había una especie de pica metálica. Cuando la saqué del bolsillo el guardia se me quedó mirando con una cara... Bueno, el vuelo a París transcurrió sin incidentes, pero una vez ahí me tocó correr. No había estado ahí nunca y llevaba el tiempo muy justo, por lo que la carrera fue interesante. Al final llegué con tiempo de sobra. El viaje a Houston fue menos pesado de lo que esperaba. Muchas horas, pero me vi muchas películas (aunque en latino, a lo que aún no me había acostumbrado). Indiana Jones 4, Lilo y Stitch y más películas. Finalmente llegue a Houston, estado de Texas. Debía de llevar en la frente la procedencia, porque yo todo era hacer el esfuerzo de intentar hablar en inglés y no paraban de responderme en castellano... Fue en este aeropuerto, donde por cierto me tiré cinco horas, donde me di cuenta de lo largo que se estaba haciendo el día, y es que debía de llevar unas 19 horas viendo el sol. Uff, que día más largo.

Finalmente llegué a Guatemala. Vinieron a recogerme, pero no llevaba cartelito con mi nombre. Si no seguro que ya habría una foto aquí colgada... La primera noche no costó mucho dormir, después de haber hecho el esfuerzo de no dormir durante el viaje. Al días siguiente visita a la embajada y paseo de rigor por la ciudad. La ciudad en si no impresiona mucho. Para ser una capital los edificios son muy viejos y bajos. Pero si que me impresionó la seguridad. Había oído que la policía aquí era corrupta y que tenía un papel figurativo, pero no me esperaba lo que vi. Todos los comercios tenían en la puerta un señor con una recortada o un fusil de asalto, más grandes que ellos casi. Algunos no eran ni de una empresa de seguridad. Por suerte aquí en Xela la cosa es distinta.

Después de la visita llegó la hora de coger el autobús a Xela. Pensaba que si cogía uno de turistas iría más seguro. Bueno, pues si que se va más seguro. Más bien se va menos en peligro. Que manera de conducir!!! Además hay que tener en cuenta que la carretera que une las dos ciudades más grandes del país no está asfaltada en muchos tramos. Imaginad, como si los autobuses fuesen todo terrenos. De los adelantamientos no quiero ni hablar. Debe ser común esto, porque aquí debajo de la oficina hay una autoescuela. Tienen a gente en la calle que intenta captar clientes gritando "lisensias". Lo más curioso es que no paran de decírselo a los coches, lo cual nos viene a decir que aquí no tiene nadie carné de conducir.

Ya en Xela me vine a instalar en mi zulo, donde espero durar poco. No es un mal sitio, pero es muy pequeño para pasar casi 5 meses ahí. Al día siguiente al trabajo. Conocí a todo el mundo. Un grupo muy majo, hay buen ambiente para trabajar. Estela ha hecho muy buenas migas con una chica francesa Eva, que tiene un novio de aquí, Bayron. Es con ellos con los que nos juntamos fuera del trabajo.

Con el grupo de amigos de Bayron es con el que nos fuimos todo el fin de semana por ahí. Es un grupo muy peculiar. Cada uno tiene una historia bien distinta. Un día hablaré más de ellos.

El fin de semana fue muy intenso. El viernes nada más salir de trabajar nos fuimos para Zunil. Es un pueblecito que está cerca de Xela entre las montañas. Muy bonito, con un río que pasa por el borde del pueblo. Resulta que a ese río es donde todo el mundo va a tirar la basura de su casa. Imaginad un pueblo entero que llega al río y tira la basura al agua. Bayron, que tiene montado un pequeño grupillo ecologista llamado Resistencia Verde, montaron unas jornadas para limpiar el río y plantar unos arbolillos en la orilla. Cuando llegamos ya habían terminado de limpiar, así que sólo llegamos a la fiesta. El alcalde del pueblo es el dueño de unas fuentes de aguas de los volcanes. Son una pasada. Con olorcillo a azufre y muy calientes, tanto que una no se podía ni entrar. El alcalde le prometió a Bayron que en agradecimiento nos dejaría pasar la noche allí gratis. Dormimos ahí, una pasada. Con todo el vaporcillo que salía del agua y bañándonos con el frío que hacía. Al día siguiente pude disfrutarlo de día. Increíble, estaba entre las montañas, en la selva y al fondo se veía un volcán envuelto en nubes. Que lástima haberme dejado la cámara.

El domingo también nos fuimos de excursión. Esta vez un poco más lejos, a la laguna Chicabal. Una laguna formada en el cráter de un volcán inactivo. El viaje fue otra odisea. Tuvimos que coger lo que aquí llaman autobuses, que son unas furgonetas que se llenan hasta que la gente tiene que ir con medio cuerpo fuera. Llegamos al inicio del camino y cogimos un pick-up 4X4, que son los todo terreno que tienen espacio atrás para la carga. Subidos a la parte trasera empezó a avanzar por el camino embarrado por la lluvia. Menudo camino!! El coche se quedó enganchado en varios tramos y tocó empujar. Parecía la Camel Trophi!!! Al final llegamos al principio del parque. Ahí ya nos tocó empezar el ascenso a pie. No se si por la altura o por lo desentrenado que estoy, pero costaba más de lo que debería. Finalmente valió la pena. Conforme vas entrando en el cráter te sientes en un sitio especial. Se veía el lago y toda una neblina dentro, que le daba un toque místico. No me extraña nada que sea un sitio sagrado para los Mayas donde hacen sacrificios y ceremonias. Nos quedamos ahí a comer y casualmente encontramos a Andrew, un compañero de trabajo que había ido por su cuenta. La vuelta no desmereció al día. Nos subimos a un Chicken Bus, que es uno de esos autobuses como el de los Simpon. Embutidos es poco. Creo que casi doblaría la capacidad que tenía el bus. Tras un viaje un poco claustrofóbico llegamos a Xela, donde caí muerto en cuanto toqué la cama.

Y hasta aquí es todo lo que me ha pasado. Seguiré narrando aventuras conforme las vaya viviendo, que seguro que quedan muchas.

Ahora estoy en la oficina sin mucho que hacer la vedad. Mañana y pasado saldré a ver comunidades y a empezar a comprender como se trabaja aquí. Ya contaré que tal.

Como dice Bibby, la compañera de piso de Bayron, "Bienvenidos a Guatemala, el país de la estupidez, donde todo es una broma"