La cultura musical peruana

domingo, 18 de enero de 2009

Tajumulco

Ya me queda poco por aquí y sólo había subido dos volcanes, el Pacaya y la laguna Chikabal. Aunque bastante altos ninguno de los dos había sido muy exigente, por lo que sentía que necesitaba subir algo más complicado.


Desde que Álvaro, la persona que gestionó la beca y que ya estuvo donde estamos ahora, me habló del Tajumulco había algo por dentro de mi que me decía que no podía irme sin subirlo. Como todo el mundo dice es posiblemente el volcán más feo de toda Guatemala, con un cráter deforme que es más alto por un lado y le da un aspecto de pico. Para colmo justo enfrente está el Tacaná, un volcán del cual la mitad de sus faldas se encuentran ya en territorio mexicano y que es precioso ya que del lado de México hay unas bonitas pozas de agua cristalina en las que te puedes bañar.

Todos os estaréis preguntando, ¿si el Tacaná es tan bonito y estaba tan cerca y el Tajumulco es tan feo como dicen, qué tiene el Tajumulco para decidirse por él? Pues la respuesta es el morbo de sus 4220m. El morbo de ser el pico más alto de toda centroamérica, el morbo de sentir que en ese momento no hay nadie por encima de ti ni en Guatemala, ni en Belice, ni en Hoduras, ni en El Salvador, ni en Nicaragua, ni en Panamá, ni en Costa Rica. En esa cima no sólo encontraría unas vistas increíbles, sino que me sentiría que había llegado a un lugar realmente inaccesible al que sólo unos cuantos llegan.

Estuve toda la semana informándome sobre cómo llegar y cuando lo tuve claro me puse manos a la obra para encontrar acompañantes. Unos por que no tenían ganas y otros porque no podían, pero al final me encontré con que si iba tenía que ir sólo. Me daba un poco de reparo. Soy de los que piensan que ir a la montaña sin compañía no es nada aconsejable, pero no tenía alternativa porque se me termina el tiempo aquí y no quería marcharme dejándolo pendiente. Así que me hice a la idea de que me iba sólo y a ello me puse.

Hablé con Alejandro, mi jefe, y me dijo que habían camionetas que salían a las 3 de la mañana, así que me preparé para salir pronto y poder agarrar esa camioneta. Pero cuando volvía de comprar la cena la noche del viernes me encontré con el portero de donde vivo, Ruben, que como todo buen portero es cotilla y chismoso de profesión. Me preguntó qué iba a hacer ese fin de semana y le comenté mis intenciones. Después de regañarme cual padre por aventurarme a ir sólo, me comentó que la primera camioneta para San Marcos salía a las 5. Me fié de él más que de Alejandro porque él agarra más camionetas y vive en un pueblo de camino a San Marcos. Así que me acosté con el despertador a las 4, menos mal.

Me desperté con la agradable vibración del teléfono golpeando la mesilla de noche y, no sin dificultad, me levanté. Desayuné y me preparé la mochila. Chubasquero, chaqueta, comida y ya compraría el agua en una tiendita por el camino. Me bajé y agarré un taxi a la terminal. Llegué y ahí esperaba la camioneta. Me subí en ella y casi consigo dormirme por primera vez en una, pero no lo logré debido a la tensión con la que sueles viajar en este medio de transporte. Nunca te acostumbras...

Llegué a San Marcos ya de día y agarré otra a Tajumulco, el pueblo que hay bajo el volcán. Llegué sin incidentes al cruce que te baja al pueblo y ahí un señor muy amable me comentó donde tenía que ir para comenzar a subir. Me hizo gracia como se despidió: "Que le vaya bien señor gringo". Los que me cobraron la entrada me ofrecieron un guía diciéndome que con las nubes que habían quizás era un poco peligroso subir sólo, pero se me iba el presupuesto con el guía. Así que subí sólo. Ahí estaba el volcán, lleno de nubes, mucho más de lo habitual, esperándome.

Me puse en camino hacia arriba y antes de llegar al gran nubarrón ya me encontré un regalo visual del volcán. Una vista perfecta y despejada del volcán Tacaná, pero con las nubes acechándome. Seguí por el caminito que me habían prometido que sería tan sencillo hasta que me encontré un cruce. Por suerte escogí el camino correcto fijándome en donde estaba el pico y seguí caminando. Era un camino agradable con casitas humildes alrededor. Tras unos 20 minutos llegué al principio de la senda. Aquí ya comenzaba la subida, pero la altura aún era soportable. Está senda podía llevar a confusión en algún momento, pero se veía clara la dirección. La subida era interminable y ya llevaba una hora de camino cuando me encontré con las primeras personas. Venían de dormir arriba y, aunque no vieron atardecer muy bien con las nubes, para el amanecer se les había despejado mostrándoles un precioso amanecer. Era una buena señal encontrar a gente, significaba que iba por el buen camino.

Seguí para arriba poco a poco. Ya se empezaba a notar las pesadas subidas y la altura. También se empezaba a encontrar basura por el camino... Llegué a un tramo en el que la senda no estaba muy clara. Había sendas que seguían recto y otras que subían para una cima, pero que con la niebla no quedaba claro si era el camino a la cima. Por suerte tantos juegos de rastreo en los scouts dieron su fruto y fijándome en las huellas que habían dejado los que bajaban supe seguir el camino correcto, aunque me parecía que el correcto era el otro.

Prácticamente durante toda la subida iba envuelto en una neblina casi terrorífica. Había momentos en los que no veía más que 4m por delante de mi. Se hacía complicado localizar el camino correcto y era una pena no poder disfrutar de las vistas. La subida se prolongaba y se endurecía. Por fin llegué al principio del pico, ya me separaba de las faldas comunes. Ahora no había problemas para localizar el camino, era para arriba.





Cada vez iba asomando más el Sol. Significaba que estaba empezando a salir de la nube que durante todo el ascenso me acompañaba. También significaba que me iba acercando a la cima, pero aún quedaba lo más duro.

Llegué a un llano antes de comenzar el último ascenso, el ascenso al cráter y la cima. Era una pena porque este es un llano bastante resguardado que mucha gente gasta para dormir o comer y que por desgracia parecía más un vertedero que el principio del final de un ascenso tan increíble. En este llano me encontré a dos personas con una hoguera realizando un ritual Maya. Me saludaron y les devolví el saludo y, aunque me llamaba la atención y quería enterarme en que consistía, por respeto seguí con mi subida.

Ahora si que llegué al tramo más duro. En ocasiones pensaba que no me respondía el corazón y los pulmones. Tenía que pararme bastante a menudo y sentarme. No era ningún suplicio hacerlo, ya que cuando me sentaba en una piedra tenía una vista privilegiada del valle del norte de San Marcos y las montañas del sur de Chiapas. Poco a poco llegué a algo que me parecía el pico.






Una vez ahí me dejé caer al suelo y comencé a comer. El viento no daba tregua, subía al pico e iba para abajo. Ahí veía el Tacaná, aunque tenía la nube justo donde estaba. Muerto de frío comí, bebí y descansé. Cuando me armé de valor me giré y vi el pico de verdad en un momento de clareo y me puse en camino allí. Cuando llegué pude disfrutar realmente de donde estaba. Podía verlo todo, ya que la nube estaba justo donde había comido...



Ya desde aquí se veía el pacífico, el Tacaná, la cordillera de los Cuchumatanes y el valle de San Marcos. La pena era que como estaba por encima de las nubes no veía la cordillera de volcanes, pero disfrutar de ese mar de nubes no hacía que lo echaras en falta.





















Estaba ahí arriba, a 4220m sobre el nivel del mar. Yo sólo en es pico, encima de ese cráter contemplándolo todo por debajo de mi. La sensación es indescriptible en ese momento. El cráter era realmente deforme, pero se observaba a la perfección. De echo casi me caigo dentro por un resbalón. Por suerte conseguí frenarme a tiempo ya que si no la caída hubiera sido interesante.

Tras un buen rato sentado, sacando fotos y dando vueltas a toda la cima me propuse abordar el descenso.

No fue nada duro la verdad, porque aunque me dolían las rodillas no era ni parecido a la impotencia de la subida. En muy poco tiempo llegaba abajo. Lo que no pude evitar es recoger algo de basura de la cima porque me daba mucha lástima. Se que no va a servir de nada, porque nadie lo limpiará pero al menos me quedé tranquilo. En la bajada subían varios grupos de gringos con mucha más mierda que dejar. Sólo espero que se percataran de mi bolsa de basura y aunque no me imitaran al menos bajaran su propia basura...

Ya llegando a la zona de las casitas salió un nene corriendo hacia mi para pedirme una galletita o algo de comer. Daba mucha lástima cuando me contó donde vivía, una casa hecha con unas maderas y chapas. Realmente son como las que veo en el trabajo, pero el echo de que me pidiera comida me daba mucha lástima. Por desgracia no llevaba nada más que la basura y no pude darle nada.

Ya bajo del todo y reventado hice el viaje de vuelta. Llegué a Xela como a las 6 de la tarde y pasé por Wendy´s, como McDonalds pero mucho más bueno, y me compré la cena. Me la había ganado...

Llegué a casa y no aguanté mucho, fallecí en la cama como a las 8.

Ahí termina la aventura del Tajumulco, espero os haya gustado el relato al más puro estilo de al filo.

PD: Os dejo el enlace del blog de Amnistía Internacional. Se que es de lo que todo el mundo habla, pero hay que saber bien lo que ocurre. Por fin han dejado pasar a los observadores de Amnistía a Gaza y el panorama es dantesco.

http://livewire.amnesty.org/category/gaza-israel/?lang=es

PD2: Pedazo de canción he puesto hoy. Tiene frases tan míticas como, "El rey es la ley!" o "Hoy no más!". Ay ay ay ay ay!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Nen siento decepcionarte pero ese volcán del que hablas... es un impostor "El Citlaltépētl, Es el volcán más alto de México, con una altitud de 5747 msnm" cita la señorita wikipedia, no le quito merito a tu hazaña, la verdad es que yo tan solo he llegado a los3012m del Astazu Occidental y no te voy ha engañar casi me muero, no recuerdo muy bien lo que había arriba de lo agónico que llegue, como para ponerme a recojer basura...

PD: Jode que te chafen lo que dices eee, pues dejad de corregir mis errores ortográficos!!!!

Diego dijo...

Jajajjaja
Quizásme colé. Hay que aunque lo menciono y enseguida lo rectificaré, México ya es norteamérica...

Perdón por el despiste
Tajumulco sigues siendo el más alto de centroamérica.

Anónimo dijo...

Yo quiero ver más fotos! Menuda experiencia!
Muy bien contado, por cierto. Pareces un escritor, me han entrado unas ganas de subirlo y solo de leer lo que has escrito! =D

A ver si hablamos! Aunque ya te queda poco por ahí =)

Aprovecha!
Un beseteee! =)

Anónimo dijo...

Tanto subir a montañas altas del copón, cuando vengas aquí te vas a tener que conformar con el Penyagolosa.

En breve unas birras de calidad.

Más vale comentar tarde que nunca, jeje.

chris dijo...

Felicitaciones por el ascenso, yo diría que ese volcan en realidad es muy bonito. Pero si querias algo dificil, el Acatenango ó el Santiaguito te hubieran gustado mucho más. Yo a diferencia de ti, tuve la oportunidad de entrar a una de las casitas que mencionas. 2camas para 7 personas, una mesa y una estufa/calefacción de leña. Muy pobres y aun así nos dieron tamales y chocolate caliente. como llovía tanto, estuvimos ahi dentro los 7 de la familia, 2 montañeros, 6 patos, 4 perros, 2 gallinas y 2 ovejas. Saludos.

informatica dijo...

la verdad que es un reto subirlo, al menos tu me abres los ojos a como debo ir preparado, pienso hacerlo en dic. asi que tengo medio año para prepararme fisicamente, porque el mal de altura es complicado, te mareas, duele la cabeza y el infernal aire frio en tu nariz y garganta hace que te duela. pero creo que los pocos minutos que se esta en a cima, es lo maximo. ver la cordillera de volcanes o simplemente el mar de nuebes.
gracias por toda tu informacion creeme que ha sido util. si lees esto una preguntita
es muy empinado?