Día de los muertos

El fin de semana pasado, se celebró la víspera y el día de los diuntos, que tanto en México como aquí se vive y se celebra d una manera completamente diferente a la del resto del mundo imagino.

Todo empezó el viernes cuando tomamos el pick-up del trabajo y nos fuimos camino de Jacaltenango, en el departamento de Huehuetenango. Llevábamos varios días planificando esta escapada con José Manuel, que nos había invitado a su pueblo. Recogimos a su novia Flor, que también es de allí y nos pusimos en camino.

En cuatro caminos, que es un pueblo a la salida de Xela donde puedes tomar varias direcciones dependiendo de adonde vayas, paramos a repostar. Íbamos Estela, Franxu y yo atrás embutidos que casi no cabíamos y al arrancar noté que un hombre subía a la parte de atrás. Tras el susto me explicó José Manuel que era un tío suyo que se había encontrado y que se venía con nosotros para Jacal.

Empezamos el camino embutidos atrás, pero cuando llegamos a los primeros y cada vez más habituales derrumbes bajamos todos menos Estela que se quedó durmiendo. Cuando nos volvimos a poner en marcha decidí que iría más cómodo en la partee trasera con el tío de José Manuel y ahí me puse. Se llamaba Chepe, y me fue explicando un montón de cosas de la región, que por cierto ahí atrás se veía de maravilla. Laida fue incríble.

Al llegar a Jacal José Manuel nos presentó a su familia. Su padre es médico. Trabaja en el hospital y tiene una clínica privada en casa. Su madre nos preparó una cena que le agradecimos muchísimo porque llegábamos muertos del viaje. Luego nos instalamos en el hotel y nos dirigimos a casa de un amigo de José Manuel.

A esta noche tan tétrica tenemos que añadirle que el Estado estaba haciendo cortes de suministro en la red eléctica por lo que esa noche nohabía luz.

De camino a casa de su amigo, José Manuel nos explicó que había perdido a su padre hacía menos de un mes y que este día iba a ser muy emotivo para ellos. Menudo marrón en el que nos había metido, aunque por la naturaleza de la celebración aquí en ningún momento nos sentimos fuera de lugar con ellos.

Al entrar estaba su amigo con su mujer, la madre y sus hijas. Estaban preparando adornos para la tumba. Estuvimos hablando un buen rato. Nos preguntaban por nosotros, nuestro país y luego no explicaron lo de su padre. Fue un accidente de tráfico. Iba en la parte de atrás de un pick-up de pie, como es habitual, y el conductor se empotró con un camión. Se quedó debajo de él, y contaban que el cuerpo de su padre se cortó en dos. La madre era la que peor lo pasaba, pero aún así lo contaban con bastante naturalidad. Poco a poco fueron viniendo los hermanos y sobrinos. Un hermano había compuesto varías canciones, que le iba a cantar en la tumba. Las ensayó con nosotros y nos pusimos en marcha al cementerio.

Al llegar el impacto no pudo ser mayor. Gente cantando, bebiendo y comiendo sobre las tumbas. Era un ambiente festivo, pero en un cementerio. Unos les cantaban canciones, otros comían su comida favortita. Cuando llegamos a la tumba del padre del amigo de José Manuel, la hija de puso a llorar y rezar. Tras los rezos sacaron una botella de Ron de 3 litros y tras servirlo a palo seco empezaron a cantar las canciones. Tras un par de canciones les dimos las gracias y nos fuimos a explorar el resto con José Manuel. En el fondo, aunque raro, estar con esa familia ue toda una experiencia.

Paseando por el cementerio veíamos marimbas que tocaban de manera gratuita delante de las tumbas. Eran enorme y tocaban 3 o 4 personas cada una, pero hacían un sonido muy bonito. Llegamos a una tumba donde estaban unos amigos de José Manuel y nos quedamo hablando con ellos. Al pobre Franxu le enganchó un borracho y empezóa hablarle de fútbol, con lo que a él le gusta... Están más enterados aquí del fútbol español de lo que estoy yo.

El resto de amigos fueron muy amables. Allá donde vamos despertamos bastante curiosidad cuando se dan cuenta de lo bien que hablamos castellano. Más de una vez nos toca explicar que en España se habla lo mismo que aquí, lo que ellos llaman español... Parece inaudito, pero algunos no lo saben.

Con estos amigos lo pasamos muy bien. Llevaban la botella tamaño social que decían ellos de ron. Decía que con 3 litros de Ron era más fácil hacer amigos, "y si no mira con vosotros" nos decía uno. Nos dedeicaron incluso dos canciones de marimba, anecdota que a Franxu le encanta contar a todo el mundo. Nos enseñaron a bailar el baile Jacalteco de la marimba, con sus gritito incluídos. La verdad es que con el frío que hacía el Ron no venía nada mal. Pero para Estela no era suficiente, y cuando se le pusieron los labios morados decidimos marcharnos. Había sido una noche curiosa, de botellón en el cementerio.

Al día siguiente José Manuel nos llevó a ver la maravillas de Jacaltenango. El mirador, con unas vistas increíbles, una plantación de café de su padre y el río azul, que aunque ahora estaba gris por las lluvias suele tener una color azul que lo deja precioso. En Google Earth, Panoramio hay muy buenas fotos. Tras comer otra vez en casa de José Manuel volvimos al cementerio de día. el ambiente era aún mayor. Ahora habían muchas viudas ademas de la gente de la noche anterior. Nos dimos una vuelta para ver los colores y la animación. Seguían habiendo borrachines por todos lados.










Luego cenamos y nos fuimos a dormir un rato porque estábamos un poco muertos. Lo que iba a ser una siesta cortita se confirmó , como pensaba el padre de José Manuel en 8 horas de descanso, ya que nos despertamos a las 4. Decidimos que aunque aún había fiesta ya no valía la pena acercarse y dormimos hasta la mañana. Desayunamos y emprendimos el camino de vuelta. Casi todo el rato manejé yo, porque José Manuel si había salido y estaba bastante dormido. Es curioso que la música que recuerde del viaje sean Los Delinqüentes, Bebe y el disco de Flamenquito de Franxu. No quiero ni pensar lo que pensará la gente cuando nos vea por ahí con un coche de NNUU y con la Bienpagá a toda leche...



Conclusiones que se extraen del viaje. El país es precioso y no valdría la pena dejarse algo por ver, y que definitivamente en latinoamérica la vida vale menos. Es más fácil tener hijos y también es más fácil perder a alguien, por eso vale la pena celebrar de manera algre un día como este. Cuando aquí cuentas que en España los cementerios no son de colores, que a la gente se la entierra en cubículos minúsculos amontonados, y que todos los santos es un día triste les cuesta creerlo.